Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 10 de octubre de 1980 se fundó el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que reunió a las cinco organizaciones revolucionarias existentes en El Salvador: el Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS), las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), La resistencia Nacional (RN), el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) y el Partido Comunista de El Salvador (PCS).
A la cabeza del FMLN quedó Schafik Jorge Nadal, hijo de emigrantes palestinos, que fue secretario general del Partido Comunista de El Salvador por más de 20 años y que lideró casi la totalidad de la lucha revolucionaria contra los gobiernos militares.
De inmediato el FMLN estableció relaciones con el FDR.
El surgimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional fue la culminación de un importante proceso unitario llevado a cabo por los revolucionarios en El Salvador.
Algunos datos sobre El Salvador
La República de El Salvador es el país más pequeño de Centroamérica. Tiene una superficie de 21.041 kilómetros cuadrados. Su población es de 5.744.111 habitantes (según el censo de 2007). Tiene la densidad más alta de América Latina: 273 habitantes por kilómetro cuadrado.
Posee fronteras terrestres con Guatemala (al Norte) y Honduras (Este y Sudeste). Al Oeste limita con el Océano Pacífico. Es el único país de Centro América que no tiene costa en el Mar Caribe.
Relieve: mayor parte montañoso. Tiene una estrecha planicie costera y una meseta central.
Posee un clima tropical.
Su población es mayoritariamente rural (algo más de un 50%) y se compone de un 86% de mestizos; 12% de blancos y un 2% de indígenas.
En su economía el sector agrario es clave. El 70% de sus exportaciones corresponden a productos del campo. Los principales cultivos son el café, el algodón y el azúcar. La producción de cereales y la ganadería se destinan al consumo interno. A sus industrias tradicionales (de alimentos y la textil) se han agregado otras nuevas como la química, del cemento y de electrodomésticos.
Su capital es San Salvador (316.090 habitantes)
Idioma oficial: el español.
Moneda: dólar estadounidense.
Quién fue Farabundo Martí
Agustín Farabundo Martí Rodríguez nació en Teotepeque, departamento de La Libertad, El Salvador, el 5 de mayo de 1893.
Estudió en el Colegio Salesiano Santa Cecilia de Santa Tecla. Más tarde realizó estudios de Derecho en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador.
En 1920 fue deportado a Guatemala por participar en las luchas populares contra el Gobierno de la dinastía Meléndez-Quiñones. Estando en ese país participó en la fundación del Partido Comunista de Centroamérica en 1925. Ese año regresó a El Salvador como delegado del Socorro Rojo Internacional. Colaboró en la formación de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños. Fue detenido y expulsado de su patria en varias ocasiones. Desde el exterior continuó su labor de organización y propaganda como delegado de la Internacional Comunista.
En 1928 viajó a Estados Unidos, donde se unió a la Liga Antiimperialista de las Américas, agrupación que lo envió a Nicaragua. Se incorporó al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua y ejerció como secretario del líder Augusto César Sandino.
El Partido Comunista de El Salvador (PCS)
Farabumdo Martí retornó a su país. El 30 de marzo de 1930 fundó el Partido Comunista de El Salvador (PCS).
En 1931, tras el derrocamiento del Presidente civil Arturo Araujo, los militares, encabezados por el general Maximiliano Hernández Martínez, se tomaron el poder.
Los comunistas salvadoreños participaron en las elecciones municipales y parlamentarias de enero de 1932, que fueron anuladas por un escandaloso fraude de parte del Gobierno.
Ante esto, el Comité Central del PCS decidió preparar un levantamiento contra el general Martínez. El 22 de enero de 1932 se inició la insurrección popular, encabezada por Farabundo Martí y los comunistas. Fue brutalmente aplastada por el dictador Maximiliano Hernández Martínez. En pocas semanas quedaron entre 15 mil a 30 mil muertos (nunca se pudo determinar la cantidad exacta de víctimas).
Farabundo Martí fue hecho prisionero. El 1º de febrero lo fusilaron junto a otros dirigentes como Mario Zapata y Alfonso Lima. Murió gritando: “Viva el Socialismo”.
El Partido Comunista forjador de la unidad
Como escribió en octubre de 1980 el secretario general del PC de El Salvador, Schafik Jorge Handal: “En lo que se refiere a la madurez de los factores subjetivos de la revolución, había cierto retraso relacionado principalmente con la falta de unidad de las fuerzas revolucionarias. En 1930 fue fundado el Partido Comunista de El Salvador (PCS) y desde 1970 surgieron otras organizaciones revolucionarias que mantuvieron con él y entre sí una larga polémica y una intensa disputa por las masas. Sin unificar a las fuerzas revolucionarias no podía pensarse en serio en la revolución.
El PCS levantó la bandera de la unidad de las fuerzas revolucionarias y sostuvo toda su polémica con las demás organizaciones procurando darle la mayor profundidad teórica y de principios, pero realizándola como una lucha por la unidad; es decir, eludiendo los adjetivos, destacando las tareas comunes y las posibilidades concretas de unificar nuestra acción en todos los campos de lucha…”
Las fuerzas revolucionarias se unen
A pesar que desde 1931 se había instalado en el país una dictadura militar de derecha, en 1976 las masas tenían grandes esperanzas en la vía electoral, pero las elecciones presidenciales de 1977 terminaron con ellas, pues fueron una gran farsa y una imposición descarada del Gobierno.
No fueron inútiles los esfuerzos unitarios del PCS. Los hechos pusieron de manifiesto para todos, que no podía haber revolución sin unificar a las fuerzas revolucionarias. Sobre esta base se alcanzó en diciembre de 1979 un primer acuerdo por el que se creó un organismo coordinador que enlazaba a las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), a la Resistencia Nacional (RN) y al PCS.
Schafik Jorge Nadal escribió: “Este primer paso hacia la unificación fue recibido con un gran entusiasmo por las masas y por las bases de nuestras organizaciones”.
Posteriormente se agregó una cuarta organización: el Partido de la Revolución Salvadoreña, más conocido por el nombre de brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
En enero de 1980 nació la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) que reunió a las principales agrupaciones políticas y sociales del país, que aprobó una Plataforma Programática de 10 puntos que planteaba el derrocamiento de la dictadura, la destrucción de su máquina político-militar y la formación de un Gobierno capaz de lograr la verdadera independencia de El Salvador y realizar profundas reformas sociales.
Surge el Frente Democrático Revolucionario
El 18 de abril de 1980 surgió el Frente Democrático Revolucionario (FDR), constituido por 118 organizaciones, sindicales, gremiales, estudiantiles, profesionales, partidos políticos, etc. La Iglesia Católica, por medio de su máxima figura, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, le dio pleno apoyo. Se unieron creyentes y ateos, marxistas-leninistas y socialdemócratas, representantes de otras corrientes. Desde el punto de vista clasista unió a la clase trabajadora con amplias capas medias, entre las cuales se contaban a pequeños y medianos empresarios.
El paso decisivo en el proceso unitario se dio el 10 de octubre de 1980 con el surgimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Feroz represión reaccionaria
A partir del año 1980 la represión gubernamental fue total y El Salvador vivió una carnicería que duró doce años. Asesinatos selectivos como el caso de monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, arzobispo metropolitano de San Salvador, acribillado por un escuadrón de la muerte, formado por civiles y militares de ultraderecha, el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia.
Desde enero de 1981, con la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, el Gobierno de Estados Unidos emprendió una cada vez mayor intervención en El Salvador.
El 30 de septiembre de 1981 se creó el Partido ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), de ultraderecha, nacionalista y neoliberal. Su fundador, Roberto d’Aubuisson, ex mayor del Ejército salvadoreño, impulsor de los Escuadrones de la Muerte.
El imperialismo interviene
A comienzos de 1982 las fuerzas reaccionarias, con apoyo estadounidense, empleaban en escala relativamente grande para el país, la aviación, la artillería pesada, los blindados e incluso la guerra química. Realizaron ofensivas, una tras otra, contra las bases del FMLN, todas las cuales fueron derrotadas.
Según cifras oficiales estadounidenses, en 1982 el Gobierno de EE UU proporcionó al régimen ultra derechista de El Salvador 320 millones de dólares. De éstos, 81 millones destinados directamente para ayuda militar, incluyendo la participación de asesores yanquis.
La guerra revolucionaria
Por su parte, la guerrilla recibió el apoyo del gobierno sandinista desde Nicaragua. Cientos de revolucionarios cruzaron al país vecino para empuñar las armas junto al FMLN.
Según la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, hasta octubre de 1982 el saldo de la guerra civil había sido de 38 mil muertos, de los cuales el 80% fueron civiles no combatientes, salvajemente ultimados por las bandas de la muerte paramilitares, que secundaban las acciones represivas del Ejército.
La heroica lucha del FMLN despertó una potente solidaridad internacional. Por ejemplo, un cable de UPI, fechado en Francfort (República Federal Alemana) el 12 de marzo de 1982 informaba: “Los alemanes occidentales han contribuido con más de 1.500.000 dólares para comprar armas destinadas a los guerrilleros de El Salvador”.
El movimiento popular fuerza invencible
Año tras año el movimiento popular, a pesar de la sangrienta represión, continuaba la lucha contra el Gobierno militar. Según datos del Ministerio del Trabajo, en 1988 hubo 400 conflictos laborales, 35 huelgas, 300 paros laborales y cien marchas de los trabajadores. La respuesta gubernamental a este ascenso de las acciones del pueblo fue el terrorismo, llevado a cabo por los escuadrones de la muerte.
Desde el punto de vista militar, el FMLN causó ese año 7.932 bajas al Ejército gubernamental., entre las que se cuentan 2 coroneles, alrededor de otros 70 oficiales y 179 clases.
Ese año, crecieron las fuerzas guerrilleras y se incrementó la guerra en las ciudades. En las zonas urbanas hubo diversas acciones, como el ataque al cuartel central de la Guardia Nacional; el ataque a la principal base aérea, ubicada a unos 9 kilómetros de San Salvador; el ataque al Estado Mayor Conjunto. Además, fueron atacados o destruidos 8 cuarteles; hubo 20 maniobras militares de gran envergadura y 368 acciones de mediana y pequeña envergadura.
Estas acciones causaron las siguientes pérdidas al enemigo: 8 helicópteros derribados; 23 helicópteros averiados; 158 camiones militares destruidos; 39 instalaciones del Ejército destruidas. El sabotaje guerrillero destinado a limitar la capacidad político-militar del Gobierno, dio por resultado la destrucción parcial o total de: 53 oficinas de telecomunicaciones, 28 alcaldías, 7 agencias bancarias, 6 puentes, 28 trenes estatales, 2.000 estructuras del tendido eléctrico (lo que implicó un déficit energético del 70% al aparato estatal).
El FMLN vendiendo en la guerra plantea la paz
Al iniciarse 1989, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional hizo un balance de la situación en El Salvador, concluyendo que ésta era totalmente positiva y ventajosa para las fuerzas populares, democráticas y revolucionarias. Señaló su disposición a mantener su ofensiva militar en forma permanente y creciente. Pero, al mismo tiempo, continuar trabajando por la solución política a nivel nacional e internacional, haciendo esfuerzos por definir la crisis nacional en 1989.
El periódico español “El País” escribió con fecha miércoles 25 de enero de 1989 (página 6): ”La guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) propuso ayer abandonar las armas y aceptar el resultado de las elecciones presidenciales en El Salvador si éstas son postergadas seis meses. Esta iniciativa puede ser el paso más importante que se haya dado hasta ahora a favor de la paz en el más conflictivo país de Centroamérica”.
Comenzó el difícil acercamiento. Schafik Jorge Handal encabezó las negociaciones entre la guerrilla salvadoreña y el Gobierno del Presidente Alfredo Félix Cristiani. Finalmente ambas partes aceptaron que la ONU oficiara de mediador en el conflicto y se iniciaron las conversaciones de paz. Tras verificar la desmovilización de ambos bandos, el 16 de enero de 1992 se firmaron en México los Acuerdos de Chapultepec. Uno de los que los suscribieron fue Schafik Jorge Handal, el dirigente comunista que condujo la lucha guerrillera y también el camino hacia la paz.
El conflicto armado, desarrollado entre 1980 y 1992, dejó un saldo de 75 mil muertos y más de 7 mil desaparecidos, además del 40% de la población sumida en la pobreza.
El FMLN, Partido Político
Ese mismo año 1992 el FMLN se transformó en un partido político legal. Y emprendió la vía electoral, tanto o más difícil que la lucha armada. Levantó candidatos en las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales.
En las presidenciales del 21 de marzo de 1994, el FMLN presentó como candidato a Schafik Jorge Handal: En la primera vuelta, ARENA obtuvo el 49,03% de la votación, el FMLN, el 24,9% y el PDC el 16%. Hubo segunda vuelta. Los resultados fueron ARENA 68,35%; FMLN, 31,65%
En los comicios presidenciales del 21 de marzo de 1994 y del 21 de marzo de 2004 el FMLN fue también derrotado en las urnas por el partido ARENA.
El FMLN triunfa con el arma del voto
Pero la cuarta fue la vencida. El domingo 15 de marzo de 2009 hubo elecciones presidenciales en El Salvador. Triunfó el abogado Mauricio Funes, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLM) sobre el abanderado del derechista partido ARENA, el ex director de la policía nacional, Rodrigo Ávila. De este modo, la ex guerrilla de Izquierda llegó al poder por las urnas.
También en la quinta. El domingo 2 de febrero de 2014 hubo nuevas elecciones presidenciales en El Salvador. Ninguno de los candidatos obtuvo la mitad más uno de los votos válidos para ser proclamado ganador. Por ello, el domingo 9 de marzo de 2014 se desarrolló una segunda vuelta entre los dos candidatos que obtuvieron mayor número de votos válidos en la primera elección. Triunfó Salvador Sánchez Cerén, candidato del FMLN.
Una historia para sacar conclusiones
El Partido Comunista de El Salvador, así como todos los revolucionarios que forman el FMLN, mostraron gran sabiduría. Se plantearon como vía revolucionaria la lucha armada, pero nunca la colocaron como el único camino. Siempre dejaron las puertas abiertas para una salida política.
En abril de 1982, Rubén Sánchez, dirigente del PCS escribió: “Nuestro Frente no lucha contra los soldados como tales, como enemigos. Nosotros defendemos los intereses del pueblo al que pertenece la mayoría de los militares. El FMLN combate contra quienes han instrumentalizado a la fuerza armada para utilizarla con el objetivo de aplastar a los salvadoreños… Estamos luchando por claros objetivos programáticos. Aunque hoy empuñamos las armas, tratamos de alcanzar estos objetivos por medios pacíficos”.
Y algo más, con inteligencia, apenas se dieron las condiciones, el FMLN se constituyó como un partido político legal y emprendió la vía electoral.
Los revolucionarios salvadoreños, con su actuación práctica, han entregado importantes enseñanzas. Entre ellas, saber crear las condiciones para la unidad de todas las fuerzas democráticas y revolucionarias; utilizar todas las formas de luchas y cambiar de una vía a otra en el momento oportuno.
Símbolos de esa gesta gloriosa son Farabundo Martí, fusilado el 1 de febrero de 1932; monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado 24 de marzo de 1980, y Schafik Jorge Handal, que murió el 24 de enero de 2006.
Sus nombres y obras han sido rojas banderas enarboladas en las jornadas de triunfos.