Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 11 de octubre de 1973, justamente al mes de haberse consumado el golpe, bajo un feroz terrorismo de Estado, el Partido Comunista emite su primera declaración con el título “La Voz de Orden es la Unidad”. Este documento, que fue copiado y distribuido clandestinamente por decenas de combatientes anónimos, decía en algunas de sus partes:
“Se ha instalado en el país una dictadura fascista con la secuela de crímenes y abusos que caracteriza a estos regímenes… La Junta fascista no representa ningún espíritu nacional o patriótico. Su esencia es antipatriótica, atenta contra los intereses de Chile como nación independiente. Trabaja como un apéndice fascista al servicio del imperialismo y la reacción interna…”
“Todas las libertades públicas han sido liquidadas. No hay libertad de reunión, de asociación ni de expresión oral o escrita… Frente a este cúmulo de hechos que revelan la instauración de una dictadura de tipo fascista ¿qué dice la Democracia Cristiana? ¿Dónde está su posición de otrora en contra de toda salida antidemocrática? ¿Qué ha sucedido con su concepción favorable al pluralismo ideológico y político?”
“Hemos conocido la opinión disidente de parlamentarios y dirigentes que encabezan personalidades como Radomiro Tomic, Bernardo Leighton, Renán Fuentealba y otros que se han mantenido fieles a sus principios y han repudiado en declaración pública el golpe y sus secuelas…”
“Pero el actual estado de cosas no será eterno. No prevalecerá la mentira sobre la verdad, ni la opresión sobre la libertad, ni el fascismo sobre la democracia… Los trabajadores y las masas populares se recuperarán del golpe recibido y volverán, sin duda, a regir los destinos de la Patria. Como siempre, pondremos el acento en la organización, la unidad y la lucha de las masas y en el desarrollo creciente de su conciencia política…”
“Debemos poner término al terror ejercido contra el pueblo y abrir paso a nuevos horizontes revolucionarios. Para ello, la voz de orden de la hora presente es la de la unidad más amplia del pueblo. Unidad para defender el derecho a la vida y poner fin a la represión y a la muerte…” (Ref.: “Desde Chile hablan los comunistas”. Ediciones Colo-Colo, 1976, páginas 23, 24, 25, 27 y 31)
Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER
El 10 de octubre de 1980 se fundó el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), que reunió a las cinco organizaciones revolucionarias existentes en El Salvador: el Partido de la Revolución Salvadoreña (PRS), las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), La resistencia Nacional (RN), el Partido Revolucionario de los Trabajadores Centroamericanos (PRTC) y el Partido Comunista de El Salvador (PCS).
A la cabeza del FMLN quedó Schafik Jorge Nadal, hijo de emigrantes palestinos, que fue secretario general del Partido Comunista de El Salvador por más de 20 años y que lideró casi la totalidad de la lucha revolucionaria contra los gobiernos militares.
De inmediato el FMLN estableció relaciones con el FDR.
El surgimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional fue la culminación de un importante proceso unitario llevado a cabo por los revolucionarios en El Salvador.
Algunos datos sobre El Salvador
La República de El Salvador es el país más pequeño de Centroamérica. Tiene una superficie de 21.041 kilómetros cuadrados. Su población es de 5.744.111 habitantes (según el censo de 2007). Tiene la densidad más alta de América Latina: 273 habitantes por kilómetro cuadrado.
Posee fronteras terrestres con Guatemala (al Norte) y Honduras (Este y Sudeste). Al Oeste limita con el Océano Pacífico. Es el único país de Centro América que no tiene costa en el Mar Caribe.
Relieve: mayor parte montañoso. Tiene una estrecha planicie costera y una meseta central.
Posee un clima tropical.
Su población es mayoritariamente rural (algo más de un 50%) y se compone de un 86% de mestizos; 12% de blancos y un 2% de indígenas.
En su economía el sector agrario es clave. El 70% de sus exportaciones corresponden a productos del campo. Los principales cultivos son el café, el algodón y el azúcar. La producción de cereales y la ganadería se destinan al consumo interno. A sus industrias tradicionales (de alimentos y la textil) se han agregado otras nuevas como la química, del cemento y de electrodomésticos.
Su capital es San Salvador (316.090 habitantes)
Idioma oficial: el español.
Moneda: dólar estadounidense.
Quién fue Farabundo Martí
Agustín Farabundo Martí Rodríguez nació en Teotepeque, departamento de La Libertad, El Salvador, el 5 de mayo de 1893.
Estudió en el Colegio Salesiano Santa Cecilia de Santa Tecla. Más tarde realizó estudios de Derecho en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la Universidad de El Salvador.
En 1920 fue deportado a Guatemala por participar en las luchas populares contra el Gobierno de la dinastía Meléndez-Quiñones. Estando en ese país participó en la fundación del Partido Comunista de Centroamérica en 1925. Ese año regresó a El Salvador como delegado del Socorro Rojo Internacional. Colaboró en la formación de la Federación Regional de Trabajadores Salvadoreños. Fue detenido y expulsado de su patria en varias ocasiones. Desde el exterior continuó su labor de organización y propaganda como delegado de la Internacional Comunista.
En 1928 viajó a Estados Unidos, donde se unió a la Liga Antiimperialista de las Américas, agrupación que lo envió a Nicaragua. Se incorporó al Ejército Defensor de la Soberanía Nacional de Nicaragua y ejerció como secretario del líder Augusto César Sandino.
El Partido Comunista de El Salvador (PCS)
Farabumdo Martí retornó a su país. El 30 de marzo de 1930 fundó el Partido Comunista de El Salvador (PCS).
En 1931, tras el derrocamiento del Presidente civil Arturo Araujo, los militares, encabezados por el general Maximiliano Hernández Martínez, se tomaron el poder.
Los comunistas salvadoreños participaron en las elecciones municipales y parlamentarias de enero de 1932, que fueron anuladas por un escandaloso fraude de parte del Gobierno.
Ante esto, el Comité Central del PCS decidió preparar un levantamiento contra el general Martínez. El 22 de enero de 1932 se inició la insurrección popular, encabezada por Farabundo Martí y los comunistas. Fue brutalmente aplastada por el dictador Maximiliano Hernández Martínez. En pocas semanas quedaron entre 15 mil a 30 mil muertos (nunca se pudo determinar la cantidad exacta de víctimas).
Farabundo Martí fue hecho prisionero. El 1º de febrero lo fusilaron junto a otros dirigentes como Mario Zapata y Alfonso Lima. Murió gritando: “Viva el Socialismo”.
El Partido Comunista forjador de la unidad
Schafik Jorge Handal, Secretario General del PC de El Salvador de 1973 a 1994, dirigió la guerra revolucionaria del FMLN entre 1981 y 1992.
Como escribió en octubre de 1980 el secretario general del PC de El Salvador, Schafik Jorge Handal: “En lo que se refiere a la madurez de los factores subjetivos de la revolución, había cierto retraso relacionado principalmente con la falta de unidad de las fuerzas revolucionarias. En 1930 fue fundado el Partido Comunista de El Salvador (PCS) y desde 1970 surgieron otras organizaciones revolucionarias que mantuvieron con él y entre sí una larga polémica y una intensa disputa por las masas. Sin unificar a las fuerzas revolucionarias no podía pensarse en serio en la revolución.
El PCS levantó la bandera de la unidad de las fuerzas revolucionarias y sostuvo toda su polémica con las demás organizaciones procurando darle la mayor profundidad teórica y de principios, pero realizándola como una lucha por la unidad; es decir, eludiendo los adjetivos, destacando las tareas comunes y las posibilidades concretas de unificar nuestra acción en todos los campos de lucha…”
Las fuerzas revolucionarias se unen
A pesar que desde 1931 se había instalado en el país una dictadura militar de derecha, en 1976 las masas tenían grandes esperanzas en la vía electoral, pero las elecciones presidenciales de 1977 terminaron con ellas, pues fueron una gran farsa y una imposición descarada del Gobierno.
No fueron inútiles los esfuerzos unitarios del PCS. Los hechos pusieron de manifiesto para todos, que no podía haber revolución sin unificar a las fuerzas revolucionarias. Sobre esta base se alcanzó en diciembre de 1979 un primer acuerdo por el que se creó un organismo coordinador que enlazaba a las Fuerzas Populares de Liberación Farabundo Martí (FPL), a la Resistencia Nacional (RN) y al PCS.
Schafik Jorge Nadal escribió: “Este primer paso hacia la unificación fue recibido con un gran entusiasmo por las masas y por las bases de nuestras organizaciones”.
Posteriormente se agregó una cuarta organización: el Partido de la Revolución Salvadoreña, más conocido por el nombre de brazo armado, el Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP).
En enero de 1980 nació la Coordinadora Revolucionaria de Masas (CRM) que reunió a las principales agrupaciones políticas y sociales del país, que aprobó una Plataforma Programática de 10 puntos que planteaba el derrocamiento de la dictadura, la destrucción de su máquina político-militar y la formación de un Gobierno capaz de lograr la verdadera independencia de El Salvador y realizar profundas reformas sociales.
Surge el Frente Democrático Revolucionario
El 18 de abril de 1980 surgió el Frente Democrático Revolucionario (FDR), constituido por 118 organizaciones, sindicales, gremiales, estudiantiles, profesionales, partidos políticos, etc. La Iglesia Católica, por medio de su máxima figura, Monseñor Oscar Arnulfo Romero, Arzobispo de San Salvador, le dio pleno apoyo. Se unieron creyentes y ateos, marxistas-leninistas y socialdemócratas, representantes de otras corrientes. Desde el punto de vista clasista unió a la clase trabajadora con amplias capas medias, entre las cuales se contaban a pequeños y medianos empresarios.
El paso decisivo en el proceso unitario se dio el 10 de octubre de 1980 con el surgimiento del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional.
Feroz represión reaccionaria
A partir del año 1980 la represión gubernamental fue total y El Salvador vivió una carnicería que duró doce años. Asesinatos selectivos como el caso de monseñor Óscar Arnulfo Romero y Galdámez, arzobispo metropolitano de San Salvador, acribillado por un escuadrón de la muerte, formado por civiles y militares de ultraderecha, el 24 de marzo de 1980, mientras oficiaba misa en la capilla del hospital de La Divina Providencia.
Desde enero de 1981, con la llegada de Ronald Reagan a la Casa Blanca, el Gobierno de Estados Unidos emprendió una cada vez mayor intervención en El Salvador.
El 30 de septiembre de 1981 se creó el Partido ARENA (Alianza Republicana Nacionalista), de ultraderecha, nacionalista y neoliberal. Su fundador, Roberto d’Aubuisson, ex mayor del Ejército salvadoreño, impulsor de los Escuadrones de la Muerte.
El imperialismo interviene
A comienzos de 1982 las fuerzas reaccionarias, con apoyo estadounidense, empleaban en escala relativamente grande para el país, la aviación, la artillería pesada, los blindados e incluso la guerra química. Realizaron ofensivas, una tras otra, contra las bases del FMLN, todas las cuales fueron derrotadas.
Según cifras oficiales estadounidenses, en 1982 el Gobierno de EE UU proporcionó al régimen ultra derechista de El Salvador 320 millones de dólares. De éstos, 81 millones destinados directamente para ayuda militar, incluyendo la participación de asesores yanquis.
La guerra revolucionaria
Por su parte, la guerrilla recibió el apoyo del gobierno sandinista desde Nicaragua. Cientos de revolucionarios cruzaron al país vecino para empuñar las armas junto al FMLN.
Según la Comisión de Derechos Humanos de El Salvador, hasta octubre de 1982 el saldo de la guerra civil había sido de 38 mil muertos, de los cuales el 80% fueron civiles no combatientes, salvajemente ultimados por las bandas de la muerte paramilitares, que secundaban las acciones represivas del Ejército.
La heroica lucha del FMLN despertó una potente solidaridad internacional. Por ejemplo, un cable de UPI, fechado en Francfort (República Federal Alemana) el 12 de marzo de 1982 informaba: “Los alemanes occidentales han contribuido con más de 1.500.000 dólares para comprar armas destinadas a los guerrilleros de El Salvador”.
El movimiento popular fuerza invencible
Año tras año el movimiento popular, a pesar de la sangrienta represión, continuaba la lucha contra el Gobierno militar. Según datos del Ministerio del Trabajo, en 1988 hubo 400 conflictos laborales, 35 huelgas, 300 paros laborales y cien marchas de los trabajadores. La respuesta gubernamental a este ascenso de las acciones del pueblo fue el terrorismo, llevado a cabo por los escuadrones de la muerte.
Desde el punto de vista militar, el FMLN causó ese año 7.932 bajas al Ejército gubernamental., entre las que se cuentan 2 coroneles, alrededor de otros 70 oficiales y 179 clases.
Ese año, crecieron las fuerzas guerrilleras y se incrementó la guerra en las ciudades. En las zonas urbanas hubo diversas acciones, como el ataque al cuartel central de la Guardia Nacional; el ataque a la principal base aérea, ubicada a unos 9 kilómetros de San Salvador; el ataque al Estado Mayor Conjunto. Además, fueron atacados o destruidos 8 cuarteles; hubo 20 maniobras militares de gran envergadura y 368 acciones de mediana y pequeña envergadura.
Estas acciones causaron las siguientes pérdidas al enemigo: 8 helicópteros derribados; 23 helicópteros averiados; 158 camiones militares destruidos; 39 instalaciones del Ejército destruidas. El sabotaje guerrillero destinado a limitar la capacidad político-militar del Gobierno, dio por resultado la destrucción parcial o total de: 53 oficinas de telecomunicaciones, 28 alcaldías, 7 agencias bancarias, 6 puentes, 28 trenes estatales, 2.000 estructuras del tendido eléctrico (lo que implicó un déficit energético del 70% al aparato estatal).
El FMLN vendiendo en la guerra plantea la paz
Al iniciarse 1989, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional hizo un balance de la situación en El Salvador, concluyendo que ésta era totalmente positiva y ventajosa para las fuerzas populares, democráticas y revolucionarias. Señaló su disposición a mantener su ofensiva militar en forma permanente y creciente. Pero, al mismo tiempo, continuar trabajando por la solución política a nivel nacional e internacional, haciendo esfuerzos por definir la crisis nacional en 1989.
El periódico español “El País” escribió con fecha miércoles 25 de enero de 1989 (página 6): ”La guerrilla del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) propuso ayer abandonar las armas y aceptar el resultado de las elecciones presidenciales en El Salvador si éstas son postergadas seis meses. Esta iniciativa puede ser el paso más importante que se haya dado hasta ahora a favor de la paz en el más conflictivo país de Centroamérica”.
Comenzó el difícil acercamiento. Schafik Jorge Handal encabezó las negociaciones entre la guerrilla salvadoreña y el Gobierno del Presidente Alfredo Félix Cristiani. Finalmente ambas partes aceptaron que la ONU oficiara de mediador en el conflicto y se iniciaron las conversaciones de paz. Tras verificar la desmovilización de ambos bandos, el 16 de enero de 1992 se firmaron en México los Acuerdos de Chapultepec. Uno de los que los suscribieron fue Schafik Jorge Handal, el dirigente comunista que condujo la lucha guerrillera y también el camino hacia la paz.
El conflicto armado, desarrollado entre 1980 y 1992, dejó un saldo de 75 mil muertos y más de 7 mil desaparecidos, además del 40% de la población sumida en la pobreza.
El FMLN, Partido Político
Ese mismo año 1992 el FMLN se transformó en un partido político legal. Y emprendió la vía electoral, tanto o más difícil que la lucha armada. Levantó candidatos en las elecciones presidenciales, parlamentarias y municipales.
En las presidenciales del 21 de marzo de 1994, el FMLN presentó como candidato a Schafik Jorge Handal: En la primera vuelta, ARENA obtuvo el 49,03% de la votación, el FMLN, el 24,9% y el PDC el 16%. Hubo segunda vuelta. Los resultados fueron ARENA 68,35%; FMLN, 31,65%
En los comicios presidenciales del 21 de marzo de 1994 y del 21 de marzo de 2004 el FMLN fue también derrotado en las urnas por el partido ARENA.
El FMLN triunfa con el arma del voto
Pero la cuarta fue la vencida. El domingo 15 de marzo de 2009 hubo elecciones presidenciales en El Salvador. Triunfó el abogado Mauricio Funes, candidato del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLM) sobre el abanderado del derechista partido ARENA, el ex director de la policía nacional, Rodrigo Ávila. De este modo, la ex guerrilla de Izquierda llegó al poder por las urnas.
También en la quinta. El domingo 2 de febrero de 2014 hubo nuevas elecciones presidenciales en El Salvador. Ninguno de los candidatos obtuvo la mitad más uno de los votos válidos para ser proclamado ganador. Por ello, el domingo 9 de marzo de 2014 se desarrolló una segunda vuelta entre los dos candidatos que obtuvieron mayor número de votos válidos en la primera elección. Triunfó Salvador Sánchez Cerén, candidato del FMLN.
Salvador Sánchez Cerén
Una historia para sacar conclusiones
El Partido Comunista de El Salvador, así como todos los revolucionarios que forman el FMLN, mostraron gran sabiduría. Se plantearon como vía revolucionaria la lucha armada, pero nunca la colocaron como el único camino. Siempre dejaron las puertas abiertas para una salida política.
En abril de 1982, Rubén Sánchez, dirigente del PCS escribió: “Nuestro Frente no lucha contra los soldados como tales, como enemigos. Nosotros defendemos los intereses del pueblo al que pertenece la mayoría de los militares. El FMLN combate contra quienes han instrumentalizado a la fuerza armada para utilizarla con el objetivo de aplastar a los salvadoreños… Estamos luchando por claros objetivos programáticos. Aunque hoy empuñamos las armas, tratamos de alcanzar estos objetivos por medios pacíficos”.
Y algo más, con inteligencia, apenas se dieron las condiciones, el FMLN se constituyó como un partido político legal y emprendió la vía electoral.
Los revolucionarios salvadoreños, con su actuación práctica, han entregado importantes enseñanzas. Entre ellas, saber crear las condiciones para la unidad de todas las fuerzas democráticas y revolucionarias; utilizar todas las formas de luchas y cambiar de una vía a otra en el momento oportuno.
Símbolos de esa gesta gloriosa son Farabundo Martí, fusilado el 1 de febrero de 1932; monseñor Oscar Arnulfo Romero, asesinado 24 de marzo de 1980, y Schafik Jorge Handal, que murió el 24 de enero de 2006.
Sus nombres y obras han sido rojas banderas enarboladas en las jornadas de triunfos.
Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER
El Combate del Yuro
El domingo 8 de octubre de 1967, a las 13 horas, en la estrecha quebrada del Yuro, una numerosa tropa enemiga hizo contacto con el reducido grupo del Che. Éste dividió el grupo en dos. Envió a los enfermos adelante y se quedó con el resto a enfrentar las tropas del gobierno. Luego de tres horas de combate, el Che fue herido levemente en una pierna y fue capturado junto con otro combatiente, el ‘Willy’. Tres guerrilleros perdieron la vida. Otro, herido de gravedad murió al día siguiente. El 12 de octubre otros cuatro cayeron en el combate de Los Cajones. De los seis guerrilleros que el Che había enviado adelante, uno fue abatido. Los otros cinco lograron salir hacia Chile.
“¡Saluden a papá!”
El Che y ‘Willy’ fueron conducidos a Higueras, seis kilómetros distantes de la quebrada donde fueron hechos prisioneros.
Pasaron la noche del domingo 8 al lunes 9, cada uno en una sala de clases de una escuelita de esa mísera aldea boliviana.
El Gobierno del general Barrientos, al recibir la noticia de la captura del Che, decidió asesinarlo para evitar así el revuelo internacional de tenerlo prisionero, entregando la versión que había caído en combate. Dio la orden de asesinarlo en clave: ¡Saluden a Papá!
El Sargento Terán
Poco antes del mediodía del lunes 9 de octubre, el sargento Reque Terán, metralleta en mano y con algunos tragos en el cuerpo para darse valor, irrumpió en la sala donde estaba el Che.
Éste ya sabía el objeto de tal visita. Antes había escuchado el tabletear de la metralleta en el aula vecina en que se encontraba ‘Willy’
– Usted ha venido a matarme, le dijo.
Terán recordaba posteriormente: “Yo me sentí cohibido y bajé la cabeza sin responder. No me atrevía a disparar. En ese momento vi al Che grande, muy grande. Cuando me miró fijamente me dio un mareo.
“Usted va a matar a un hombre”
– Póngase sereno, usted va a matar a un hombre- exclamó el Che.
“Entonces di un paso atrás, hacia el umbral de la puerta, cerré los ojos y disparé la primera ráfaga. El Che cayó al suelo con las piernas destrozadas, se contorsionó y comenzó a regar muchísima sangre. Yo recobré el ánimo y disparé la segunda ráfaga, que lo alcanzó en un hombro, en un brazo y en el corazón.”
La fotografía que estremeció a la inmensa humanidad
“Muerte en combate”
Eran las 11 de la mañana del lunes 9 de octubre de 1967.
Ese mismo día, los cables entregaban la noticia: “El Presidente René Barrientos anunció hoy la muerte en combate del líder revolucionario castrista Ernesto Che’ Guevara, acaecida en Higueras”.
La noticia de la muerte del Che estremeció al mundo. Al dolor se sumó el repudio al dictador Barrientos cuando se conoció la noticia de su asesinato.
El Siglo, publicó en primera plana el miércoles 11 de octubre: “Sensacional denuncia. Guevara asesinado”.
Venció sobre sus asesinos
Sus asesinos creyeron que matándole destruirían al Che. Se equivocaron. Porque la vida, pensamiento y obras de Ernesto Guevara de la Serna, nacido en Rosario, Argentina, el 14 de junio de 1928, entraron a la inmortalidad. Es que fue un heroico guerrillero. Pero fue mucho, muchísimo, más que eso. Fue un revolucionario consecuente, un comunista.
Su ejemplo es inmortal
Allende y el Che, dos héroes de nuestra época
El 13 de diciembre de 1972, el compañero Presidente Salvador Allende en un discurso pronunciado en la Plaza de la revolución ‘José Martí’ de La Habana, dijo: “Creo que tengo derecho que me honra de decir que fui amigo del comandante Ernesto Che Guevara. Guardo un ejemplar de su libro ‘Guerra de Guerrillas’, que me dedicara fraternalmente. Con su espíritu amplio, me decía allí con su letra dibujada por la fraternidad ¡A Salvador Allende, que por otros medios busca lo mismo. Afectuosamente, Che!’.”
Sus restos mortales descansan en Cuba
Después de múltiples esfuerzos, el 28 de junio de 1997 un grupo de expertos cubanos y argentinos descubrió una fosa común en Vallegrande con los restos del Che y de otros seis guerrilleros.
Tumba y Memorial a Che Guevara en Santa Clara (Cuba)
Los restos del Che fueron recibidos en el aeropuerto de San Antonio de los Baños por su familia y compañeros. Ahora descansan en el mausoleo de la Plaza Ernesto Che Guevara en la ciudad de Santa Clara.
Pudieron asesinar al heroico combatiente comunista por un mañana mejor, pero su ejemplo, su obra, sus enseñanzas no morirán jamás. Así venció el Che sobre sus verdugos.
¡Honor y gloria al comunista que el 9 de octubre de 1967 entró a la eternidad!
Fue un homenaje como lo merece Violeta Parra, la roja flor del pueblo. Más de cien personas siguieron atentas, emocionadas, alegres y participantes, los bailes, las canciones, las palabras, en esa Peña memorable del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER.
El querido Max Berrú, presidente del CEILER, llevó el pandero.
Dos parejas del Club Tango Sur mostraron su arte bailando cuecas y tangos. Se leyó un discurso, que adjuntamos.
Desfilaron artistas de excelente calidad que cantaron a Violeta: Max Berrú, Víctor Seves, Cristóbal Berrú, Martín Seves (hijo de Víctor), Claudio Vásquez, Jorge Negrón y Carlos Jeldes.
Hubo fraternidad y sana alegría. Los asistentes gozaron no sólo con el espectáculo artístico, sino también con los comestibles y bebestibles: empanadas, sopaipillas, tintolio, terremoto, y muchos etcéteras.
Ese viernes 6 de octubre de 2017 estuvieron muy presentes las canciones de Violeta, que otros censuran, en el Salón Camilo Guzmán Sandoval del ICHIL.
Iván Ljubetic Vargas, historiador del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabarren, CEILER
Recuerdo que, estando ejerciendo como profesor en el Liceo de Nueva Imperial, un día de abril de 1960, Gladys, una de las tres hermanas Jiménez que tenía por alumnas, me dijo:
– Don Iván, mi papá desea invitarlo a comer pasado mañana jueves, ¿puede usted?
Me sorprendió mucho la invitación, pues el padre de mis alumnas era un sargento de carabineros, que vivía frente a donde estaba mi pensión. Acepté.
La comida estuvo muy buena, pero mejor estuvo la sobremesa. La dueña de casa fue a buscar una guitarra y con una hermosa voz cantó una composición que no conocía:
“Cuando llegan las noches de invierno los palacios de luces se llenan y los pobres se mueren de pena en sus casas sin lumbre ni pan. Y la cruel burguesía se ensaña Contra todos los trabajadores, pero llegan ya tiempos mejores y su crimen tendrán que pagar.
Es muy triste vivir es terrible habitar en la tierra de crueles burgueses donde sólo se sabe explotar.
Si la plebe reclama derechos los burgueses se niegan a dar y los llevan con grillos a la cárcel los echan al fondo del mar. Yo quisiera mirar toda roja una sola bandera en la tierra y q’el hombre no fuera a la guerra y q’el hombre no muera en prisión.
Es muy lindo vivir es muy lindo habitar en un lindo país socialista donde saben los hombres amar”.
Quedé emocionado. Me pareció increíble escuchar esa canción en casa del sargento. La señora me dijo:
– Don Iván, le dedico a usted esta canción. Me la enseñó mi padre, que era obrero del salitre y, que, según él, la cantaba un dirigente llamado Recabarren.
Pasó el tiempo. No olvidé esa emocionante comida en casa del sargento, pero no recordaba bien el texto de la canción. Estando en el exilio hacia 1980 llegó a mis manos un libro titulado “Violeta Parra: Violeta del Pueblo”, editado por Visor en Madrid, en 1976. Allí encontré esa canción, “un vals popular con letra de Francisco Pegoa”, una de las canciones que cantaba Luis Emilio Recabarren en sus viajes por los pueblos mineros del norte de Chile. (Páginas 14 y 15)
Violeta Parra, flor roja del pueblo, recogió en forma consciente la tradición de los revolucionarios de comienzos del siglo XX que, con Luis Emilio Recabarren a la cabeza, utilizaron la canción como un arma contra los explotadores y como un medio de educar políticamente a los trabajadores. Los viejos mineros del norte contaban que, cuando Recabarren llegaba con su palabra convincente, con sus libros y folletos, con su mensaje de lucha por cambiar el mundo de fase, él mismo interpretaba canciones.
Violeta Parra, con su voz de artista excepcional, también hizo de la canción un medio para llegar a los explotados, a los oprimidos y entregar, en forma sencilla, un mensaje político.
Violeta Parra, en base a su inteligencia y gracias a tener sus raíces fundidas en el alma del pueblo y mediante su capacidad de crear, pudo dar un salto cualitativo y convertirse en una artista universal.
Su arte excepcional influyó decisivamente en el “Canto Libre” de América. Ella abrió el surco. “Sin Violeta no existirían Daniel Viglietti, Los Qulapayún, Mercedes Sosa, y tantos otros cantores-políticos de la sufriente América del Sur. Sin Violeta Parra la Unidad Popular de Salvador Allende no hubiera tenido ese importante sostén folklórico que le prestaron Víctor Jara, Inti-Illimani, los Quilapayún y sus propios hijos Ángel e Isabel Parra”. (Obra citada, páginas 20 y 21)
Violeta es heredera del padre movimiento obrero chileno, por ello para nosotros los miembros del Centro de Extensión e Investigación Luis Emilio Recabaren, CEILER, tiene un enorme significado.
Es por esa y otras mil razones que vamos celebrar, con mucha alegría y fraternidad, su centenario. Lo haremos con una Gran Peña, a la cual te invitamos cariñosamente.